Que la obligación sea una excusa para escribir

Esta entrada es un adiós al compromiso de escribir. Segar las letras no es un acto sencillo, es, en esencia, un acto valiente y egoísta. Enfrentar tus demonios y organizarlos de modo que alguien pueda hacerlo suyo ....eso es escribir, exorcizarte para que alguien más pueda saborear el polvo que hoy deglutamos. Hoy le digo adiós a escribir por obligación, ya que como rebelde, no necesito más que una excusa para estallar !Solo espero que mi metralla sea un motivo para haceros explotar!

La alegría de no conocerte.

Te presentas ante mí, como una sombra, fijos los ojos en los míos, o en mi alma. Te presentas y pasas, raudo ante el tiempo, muriendo en cada instante. Estas parado ahí, sin edad, sin nombre, sin sonrisa, sin tristezas, sin vida. Te desconozco y te temo, sin embargo, cada mañana veo como sales de casa, andando apurado, siempre echando una mirada al reloj en la esquina, prendiendo un cigarrillo y trepándote en una bicicleta, hablando, escribiendo, siendo. Cuento cada uno de tus cabellos mientras duermes, y al cerrar los ojos, te veo sufriendo bajo los trasudores de la vida o riendo con el olor lejano de la piel. Te veo desde hace tiempo, cambiando de ropa, en ocasiones cansado  y me alegro de no saber quién eres, porque de saberlo, tu, reflejo, dejarías de ser yo.

De la cerveza y la rabia
No sos rubia y por eso te odio. Estableces un límite entre mis yo, el sujeto que ama y odia…estoy a una cerveza de mi etílica misantropía. No sos diáfana y por eso te repudio, tengo talento para la mierda…Cervantes se retuerce en su tumba mientras imprimo estas letras…para resumir, me haces falta, pero no sé si sos cerveza o mujer.

Ante la brevedad

Ante la brevedad de este momento, que se repetirá miles de veces durante  mi vida, he de jurar ante un dios derrocado, que surgiré de la ceniza de esta noche para hacer lo que otros desquiciados labraron en sus albas…morir.