SOBRE LA ESCUCHA


El  primer contacto que tiene el ser humano, al estar en el vientre de su madre, es a través de la escucha. El feto desarrolla el sentido de la escucha alrededor del tercer mes de gestación y a lo largo de toda su vida, es uno de los principales referentes para la aprehensión de los estímulos provenientes del medio ambiente. La escucha, como sentido, se puede definir como la captación de vibraciones en el aire que son transformadas en impulsos nerviosos por medio de mecanoreceptores ubicados en el oído medio e interno. Aunque se han dedicado gran cantidad de estudios a la mecánica de la escucha, poco se ha reflexionado al componente subjetivo de la escucha. Inclusive,  existen estudios que demuestran la relación entre la frecuencia, tonalidad y volumen del sonido con estados mentales específicos, mayormente fisiológicos, pero existe cierta carencia en estudios que relacionen directamente el sonido con estados psicológicos determinados. Lo anterior ha desencadenado una falta de visibilización de la escucha,  término bastante paradójico, puesto que pone en evidencia la prioridad que se le ha dado a otros sentidos sobre la escucha, inclusive en la conformación y utilización del lenguaje.

En este sentido, se han omitido elementos propios de la escucha en la realización de un los análisis hechos en las distintas disciplinas a las que les compete el comportamiento, aprendizaje y devenir humano. Así pues, durante la formación, poca importancia se le da a la escucha apropiada; en los estudios antropológicos, si bien se presta un poco más de atención a los elementos sonoros de la vida humana, no se han realizado estudios profundos sobre la relación del ser humano y la sonoridad aparte de los estudios vinculados con las expresiones musicales de tal o cual comunidad; incluso en los estudios lingüísticos, en los que se integra a la escucha dentro de las cuatro habilidades básicas para la comunicación, se presta mayor atención a la asimilación apropiada de una serie de manifestaciones fonéticas en un código especifico y no en la capacidad del usuario en la utilización holística de este recurso para lograr una comunicación efectiva.


Por otro lado, se tiene a la dimensión personal de la escucha, esta se refiere a la relación que establece un sujeto con la audición. En este orden de ideas, la asimilación e interpretación de sonidos adquiere mayor o menor importancia dependiendo del repertorio auditivo que tenga la persona a su disposición. El ser humano desarrolla una cercana relación con los sonidos de su entorno, con la música, con el habla y demás manifestaciones sonoras, debido a que estas son vehículo del lenguaje y por ende, de un mensaje. Escuchar se convierte, entonces, en más que la asimilación de estímulos sonoros, se convierte en una amplia fuente de mensajes, sentimientos y recuerdos que modifican constantemente la manera en que se relaciona y ubica en el contexto.


Finalmente, la escucha tiene una estrecha vinculación con cualquier actividad humana, dado que; al igual que la vista, es una fuente constante de información contextual que nos permite crear un panorama de lo que sucede a nuestro alrededor.

Comentarios

  1. Diana Velásquez dice: Me gusta mucho como desarrolla el tema desde sus inicios hablando acerca de la escucha en el vientre materno, cómo se vive desde la experiencia humana y el hecho de que no se le ha dado tanta importancia a este sentido en el ámbito educativo. El texto tiene buena ortografía y presenta información relevante para lo que se a visto en la clase.

    Tiene un leve error en la escritura en la primera línea del segundo párrafo sin embargo no parece ser ortográfico sino de digitación.

    En general me parece que esta entrada es un buen aporte al tema de la clase y se entiende claramente lo que pretende explicar.




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